El presidente tiende a la especulación, la exageración y, en ocasiones, hasta la mentira, de una manera que no tiene paralelo entre sus predecesores en la Casa Blanca. ¿Descuido, costumbre o o estrategia política?
El presidente Donald Trump tiene una compleja relación con la verdad. No siempre respeta los hechos documentados y comprobados, como recientemente cuando descartó la exactitud de la ciencia del informe sobre cambio climático que publicó su propio gobierno.
Trump tiende a la especulación, la exageración y, en ocasiones, la mentira, que no tiene paralelo entre los políticos estadounidenses contemporáneos y menos entre sus predecesores en la Casa Blanca.
El presidente ofrece material interminable para las organizaciones de verificación del discurso político o ‘factcheckers’, al punto que en uno de ellos, el del diario The Washington Post, creó una categoría adicional de 'Pinochos interminables' para poder llevarle al presidente, no solo las falsedades que dice, sino esas que sigue repitiendo pese a que se le ha demostrado más de una vez que no es cierto.
En esta edición hablamos con el editor del factchecker de The Washington Post Glenn Kessler y con Ronny Rojas, quien dirigió El Detector de Mentiras que creó Univision Noticias Digital para las elecciones de 2016.